Poemas para el Día de las Madres

Escrito por Administrador en Golosina Espiritual

MADRECITA (Osvaldo Farrés)

Madrecita del alma querida,
en mi pecho yo llevo una flor;
no te importe el color que ella tenga,
pues al fin, tú eres, madre, una flor.

Tu cariño es mi bien, madrecita:
en mi vida tú has sido, y serás
el refugio de todas mis penas,
y la cuna de amor y verdad.

Que aunque amores yo tenga en la vida,
que me llenen de felicidad,
como el tuyo, jamás, madre mía,
como el tuyo no habré de encontrar.

Madrecita del alma querida…

Madrecita Mía, Gabriela Mistral

Madrecita mía, 
madrecita tierna,

dejame decirte dulzuras extremas.

Es tuyo mi cuerpo 
que juntaste en ramo

deja revolverlo
 sobre tu regazo..

Juega tu a ser hoja 
y yo a ser rocío,

y en tus brazos locos
 tenme suspendido..

Madrecita mía, 
todito mi mundo,

dejame decirte 
los cariños sumos…

ALGUN DIA SE LO DIRE A MIS HIJOS  (Erma Bombeck)

Algún día, cuando estén en edad de comprender las razones de mi conducta, le diré a mis hijos:

“Te amaba lo suficiente para callarme mi opinión,
y dejarte descubrir por ti mismo,
que aquel amigo que habías escogido no te convenía…

Te amaba lo suficiente para estarme dos horas
viendo cómo ponías en orden tu habitación,
tarea que yo hubiera despachado en 15 minutos…

Te amaba lo suficiente para no  buscar disculpas
a tus impertinencias y malos modales…

Te amaba lo suficiente para no tener en cuenta
lo que “otras madres hacían o decían”…

Te amaba lo suficiente para dejarte tropezar, caer y fracasar,
para que aprendieras a valerte por ti mismo…

Te amaba lo suficiente para aceptarte tal como eres,
sin pensar en lo que yo querría de ti…

Y, sobre todo, te amaba lo suficiente para negarte algo,
a sabiendas de que me criticarías.
ESO FUE LO MAS DIFICIL DE TODO…

SOBRE LOS HIJOS (Kahlil Gibran, poeta)

“Tus hijos no son tus hijos:
son los hijos y las hijas de la vida,
que se añora a sí misma.

Han venido al mundo a través de ti, pero no por ti.
Bríndales tu amor, pero no tus pensamientos,
que ellos tienen los suyos.

Alberga sus cuerpos pero no sus almas,
pues sus almas residen en la casa del mañana,
la cual, ni aún en sueños visitarás tú.

Si quieres, hazte igual a ellos,
pero no intentes hacerlos a ellos
semejantes a ti, porque la vida sigue adelante,
y no se entretiene en el ayer…”

MADRECITA LINDA (d.r.)

Madrecita linda, dueña de mi vida:
hoy, con alegría, te vengo a cantar,
y a darte el cariño que nació en mi alma,
porque yo otras prendas no te puedo dar.

Como no soy rico, no podré rodearte
de regalos finos como tú mereces.
Sin embargo, madre, he de obsequiarte
de mil cosas lindas de mi fantasía.

Bajaré del cielo para ti una estrella,
rodearé tu frente con su resplandor;
bajaré la luna cuando esté más bella,
para que ilumine tu radiante faz.

Y después que logre mi atrevido intento
de robar al cielo la estrella de luz,
dejaré a tus plantas, mi adorado anhelo:

¡EL ALMA Y LA VIDA QUE TU AMOR ME DIO!
¡MADRE DE AMOR!

Primeros Pasos, Vincent van GoghAMOR MATERNAL, R. Tagore

Hijo mío, vamos río abajo por la existencia. Nuestras vidas habrán de separarse y nuestro amor nunca se olvidará. ¿Que te daría yo para que no te fueras? ¡Ay! ¿Pero seré tan tonta de que intente comprarte el corazón con regalos?

Tu vida empieza, es largo tu camino. De un sorbo apuras el cariño que te damos, y vuelves a irte corriendo del lado nuestro.

Tienes tus juegos y tus amigos, y es natural que se te pase el tiempo sin pensar en nosotros.

Nuestra vejez, en cambio ¡Es tan ociosa! ¡Tenemos tantas horas para contar los días que cayeron: y para amar, en nuestro corazón lo que siempre se fue de nuestras manos!

El río alegre rompe los diques y se van cantando. La montaña se queda, y lo recuerda y lo sigue con su amor.

Mi canción te envolverá con su música, hijo mío, como los tiernos brazos del amor. Si estás solo, se sentará a tu lado y te hablará al oído y, cuando la noche negra se tienda en tu camino, mi canción será sobre tu cabeza, como una estrella fiel.

Cuando mi voz enmudezca con la muerte, mi canción te seguirá hablando en tu corazón vivo.

HIMNO A LAS MADRES.  Da. Trina de Moya

Venid los moradores del campo y la ciudad:
!entonemos un himno de intenso amor filial!
Cantemos de las madres la ternura y el afán,
y su noble atributo de abnegación sin par.

Celebremos todos la fiesta más bella,
la que más conmueve nuestro corazón;
fiesta meritoria, que honramos con ella
a todas las madres de la creación

¿Quién como una madre?: con su dulce encanto
nos disipa el miedo, nos calma el dolor;
con solo brindarnos su regazo santo,
con solo cantarnos baladas de amor.

De ella aprende el niño la sonrisa tierna;
el joven, la noble benéfica acción.
Recuerda el anciano la oración materna,
y en su alma florece la resignación. Venid…

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May/10
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