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Cuando llegan estas fechas del año nos abordan una serie de preguntas, que siempre, inevitablemente llegan, ¿terminé mis estudios? ¿hice la dieta que todos los lunes me propuse iniciar? ¿obtuve la promoción en el trabajo que tanto desee?… Y un sin fin de preguntas que cada año, como el hijo pródigo, regresan cada navidad.

La otra parte buena es que, estas preguntas, siempre vuelven acompañadas de  los nuevos propósitos, que en su mayoría, no difieren mucho de un año a otro. Terminar o iniciar los estudios, encontrar un mejor trabajo, comprar  un carro o una casa, hacer dieta o ejercicio,  hacer ese viaje que hemos pospuesto por años, ser madre/padre…

Es por esto que nuestra vida, esta marcada por los nuevos comienzos que iniciamos, no solo al principio del año, sino día a día. Y son, estos comienzos los que realmente le dan sentido a la misma. Dándole, con este continuo inicio y final de etapas, sentido a nuestras vida.

Con pequeñas acciones, que muchas veces nos pasan desapercibidas, es que iniciamos los grandes retos de nuestras agitadas vidas. Y es que la vida es continuo cambio, un continuo movimiento de personas, lugares y situaciones que cambian más rápido que hacemos  un chasquido de dedos, no en vano decimos ¿y ya es viernes?, muchas veces sin darnos cuenta lo que dejamos de hacer por el camino.

Es por esto, que en este nuevo comienzo de año que Dios te da la oportunidad de vivir, me permito recordarte que no dejes de darte cuenta de las cosas realmente importantes de la vida, tu familia, tu salud, tus amigos, tus momentos de felicidad… porque la vida es un ratico y la felicidad viene en embases muy pequeñitos llamados momentos, y tanto es así que cuando menos te lo esperes estarás, nuevamente cuestionándote las mismas cosas que todos los años, como el friíto de estos días, siempre regresan.

¡Feliz Año 2011 y que tus propósitos este año SÍ se cumplan!