Manejo de la Sexualidad

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Los padres son los primeros y más importantes educadores sexuales de sus hijos. Son el primer modelo a imitar, ellos aprenden del rol de hombre y la mujer, cómo estos se relacionan, cuáles son sus valores y también son los primeros en dar cariño y desarrollar la autoestima de los niños.

Los padres educan la sexualidad de sus hijos desde que nacen y van pasando por cada etapa de su desarrollo: cuando hablan, caminan, aprenden a vestir, le hacen demostraciones de afecto y juegan con ellos. A medida que van creciendo aprenden más de sexualidad a través de las observaciones, de las relaciones familiares y de la pareja.

La educación sexual no se limita a la información sobre la anatomía y reproducción, es más que eso. Se trata de enseñarles quienes son y sus roles como niño y niña, enseñarles las habilidades para buenas relaciones interpersonales en el momento y en el futuro.

Según la (SIECUS) Consejo de educación e información de EE.UU., sostiene que la sexualidad abarca el conocimiento, las creencias, las actitudes, los valores y los comportamientos sexuales de la persona.

Los padres deben educar a sus hijos en este ámbito al igual que lo hacen en otras áreas de la vida. Deben de ir preparando el camino, paso a paso, para dar las informaciones que por etapa y por madurez del hijo puedan manejar.

Educar a los hijos en el tema de la sexualidad ayuda a prevenir el abuso sexual, ya que como se le habla de forma natural y de manera especial valorando el cuerpo humano y el respeto que se debe tener al cuerpo de los demás, esto va formando en el niño la sabiduría y entendimiento de que ciertas conductas no son adecuadas y que deben de manifestar a los padres cualquier situación con la cual ellos no se sientan a gusto.

¿Cuándo hablar con los hijos de este tema?

No existe ninguna edad determinada para comenzar a hablar del tema, pero mientras más temprano mejor, claro está, tomando en cuenta la etapa por la cual está pasando su hijo.

La clave para comenzar el proceso es encontrar el momento. Los educadores sexuales hablan de que los padres deben esforzarse para buscar el momento pertinente, no esperar que sean los hijos que pregunten, ni esperar algo muy rebuscado para hacerlo. Sólo se necesita aprovechar cada situación de la vida cotidiana para comenzar a hablar. Por ejemplo: si un familiar está esperando un bebé, decirle, mira, tía María esta esperando un bebé, está embarazada. Ese bebé crece en su vientre, ves que su barriga es grande y redonda, pues ahí dentro se está formando un bebé. Tía María debe esperar unos meses antes de que el bebé nazca.

Los niños sexualmente sanos valoran y representan su cuerpo y el de los demás. Respetan a los demás y a los miembros de la familia, comprenden el significado de la intimidad, toman decisiones conforme a sus edades, se sienten libres de hacer preguntas sobre sexualidad a sus padres y están preparados para los caminos en la pubertad.