Acompañar a los Hijos en su vida Escolar.

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La vida escolar es un reto para los estudiantes y para los padres, que responsablemente buscan educar a sus hijos. La mejor herencia que pueden recibir los hijos de sus padres es una educación integral en la que reciben las herramientas necesarias para avanzar en la vida. En Proverbios 22:6 dice: Educa a tu hijo desde niño y aun cuando llegue a viejo seguirá tus enseñanzas.

Los protagonistas de una vida sana en el plano intelectual y emocional de los hijos son los padres. Es por ello, que el papel que tienen en la vida escolar de sus hijos es el más significativo. Son portadores activos de autoestima en los hijos y cuando estos enfrentan el reto escolar con la autoestima suficiente, el deseo de superarse y la credibilidad que ponen en ellos sus padres y maestros logran integrar la nueva experiencia y desarrollan mayores destrezas a nivel intelectual, emocional y físico.

Un error que cometen muchos padres y/o tutores es realizarse las tareas a los estudiantes, sin embargo el rol de los padres es acompañar a sus hijos a hacerlas por sí mismo. Ayúdelos orientándolos en lo que les resulte difícil, guíelos hacia los lugares donde pueden encontrar información o búsquela con ellos, explíqueles las instrucciones que no entiendan y acláreles conceptos, pero jamás resuelva los problemas por ellos.

Cuando los niños o jóvenes presenten un bajo rendimiento académico, hable primero en el colegio para definir juntos cómo los pueden ayudar, para saber cómo y cuándo exigir, establecer cuáles responsabilidades se deben asumir en la casa y cuáles en el colegio.

Cada ser humano aprende en forma diferente, a unos les va mejor cuando visualizan, a otros cuando escuchan o cuando leen y a otros les sirve aprender en movimiento. Identifique en su hijo la forma en que se le facilita el aprendizaje y a través de qué actividades se muestra más motivado. Es muy útil establecer relaciones de los conceptos y contenidos educativos con la cotidianidad porque los seres humanos aprendemos por asociación y esto permite que nuestro cerebro selle el conocimiento de manera significativa no memorísticamente.

Cuando nuestros hijos aprenden a disfrutar el proceso de aprendizaje los resultados tienden a ser favorables la mayoría de las veces. Lo importante es aprender a disfrutar el proceso reconociendo las fortalezas y las debilidades que les permitirá asumir los triunfos y los fracasos de manera responsable buscando otras alternativas para lograr el éxito.

Valore los errores, si permitimos a los hijos experimentar los fracasos, esto le ayudará a formar su carácter. Si frente a las tareas necesitan un apoyo especial o pierden una materia muéstrele que esto puede ser una oportunidad para que se prepare mejor, déjelo asumir las consecuencias y desarrollar fortalezas para superarlas.

Los fracasos son una experiencia para crecer y buscar nuevas estrategias. Steve Jobs tuvo cinco fracasos comerciales del 1983 al 2006 sin embargo, tuvo también cinco éxitos comerciales del 2001 al 2010. Steve Jobs nunca dejó que los fracasos lo definieran y como resultado él cambió el mundo de la tecnología.

En definitiva, cuando los estudiantes afianzan la seguridad en sí mismos, logran más autonomía de los padres, aprenden a valorar la diferencia, se exponen a salir de su zona de confort y dan importancia al ambiente familiar que les proporciona sus necesidades tienden a ser estudiantes más integrados, menos prejuiciosos y excluyentes, capaces de enfrentar los retos académicos de un nuevo año con proyección futura, con más confianza en sus habilidades y con mucho más responsabilidad.

El papel de los padres es acompañar a sus hijos a ser cada día más seguros de sí mismos, transmitirles confianza en ellos, promover el aprendizaje intrínseco, cultivar el  respeto y el afecto por la diferencia e inculcarles el sentido de responsabilidad. Mantener estos valores y experiencias dentro de la mochila serán recursos no sólo para emprender un nuevo año escolar sino para toda la vida.