El ensayo es la escritura de una postura personal, respaldada con argumentos, respecto de un tema polémico, alrededor del cual no hay consenso, con el fin de persuadir, convencer, y ganar seguidores para enriquecer la posición planteada. Esta característica le da a este texto la condición de no ser dogmático, pues es la fuerza de los argumentos la que finalmente logra el propósito.
La tesis en el ensayo es su eje, es una clara afirmación de algo que en principio es cuestionable o polémico y, por tanto, necesita argumentarse. Es la apuesta personal, la posición propia; por ella se argumenta, a través de la cita, el ejemplo, la analogía, la autoridad…En fin, se amplía el mundo conocido sobre el tema, y se conjuga con el modo particular de verlo. Llegar entonces, a la tesis y a los argumentos que la respaldan, permite descubrir qué y cómo se piensa; la escritura se constituye así en mediadora de esos procesos de pensamiento. Con base en lo anterior, se deduce que el ensayo requiere de un alto nivel de reflexión, de discernimiento, pues es una herramienta muy vigorosa para producir ideas, para aclararlas, saberlas articular y decirlas por escrito _a diferencia del lenguaje oral_, de manera más pulida, pensada, con un tipo de provocación específico, el de la idea misma. Dicho sentido está en consonancia con la obra de Vásquez, (2000): “La calidad de un ensayo se mide por la calidad de sus ideas”.
Desde otro punto de vista, la grandeza del ensayo está en su capacidad para asumir no sólo el debate de ideas, sino la posibilidad de no tener la razón, de la existencia de otras con más peso, con más fuerza, que al ser reflexionadas posibiliten ampliar el conocimiento y la visión de mundo de sus autores. Por lo tanto, un valor adicional que favorece la construcción de un ensayo es el sentido de humildad, el aprender a reconocer los derechos propios y los ajenos, a valorar las ideas particulares en la dimensión de las otras; a asumir la posibilidad de estar en el error, de equivocarse, de aprender de otros. Aún más, se aprende, desde el respeto por la autoridad, pues a través de la cita textual se reconoce la autoría de otros, de la misma manera que cuando se hace resumen o paráfrasis del pensamiento de escritores o pensadores del tema en cuestión.
La escritura del ensayo no es un problema de acertar, es de pensar, de argumentar. Es por lo tanto un escenario que, en la relación estudiante- profesor, debe aprovecharse para lograr procesos de pensamiento superior en ambos. Así, el ensayo se convierte en un incentivo para la vigencia formativa del profesor, pues si éste no es capaz de elaborarlo, se vuelve confuso, escribe confuso, y en consecuencia, ¿cómo va a evaluar a sus alumnos?
El ensayo, para el profesor y los estudiantes, no sólo representa la posibilidad de aprender a pensar y a pensar-se, sino de aprender a hablar, a tomar y a defender posiciones, a ofrecer un espacio de locución, desde las ideas, a tener estima, a indagar e investigar profundamente para respaldar lo que se piensa; en otras palabras, a tomar conciencia del legado que otros pensadores han hecho al tema objeto del ensayo.
Se aprende a apreciar profundamente el pensamiento de otros y sus aportes, elemento indispensable, por ejemplo, para hacer otro tipo de escritura mayor, en tamaño, mas no en enfoque: una monografía, un trabajo de investigación o una tesis. Así pues, la indagación, la investigación, la búsqueda de otras voces para cimentar los propios argumentos, es una competencia que se mejora a través de la escritura de un ensayo, y en esa tarea, a la vez que se encuentran respaldos, también, las versiones de quienes piensan en contrario, en suma, afrontar un ensayo es estar obligado a expandir la conciencia, a tener mayor apertura, una mirada más universal.
En otro sentido, la opción de argumentar por escrito, en vez de hablar, es una oportunidad para la moderación de las expresiones, la mesura en las emociones y la consolidación de las intenciones o propósitos de lo que se escribe. Dar un argumento no es enunciar o dar opiniones simplemente, tampoco es una disputa. Vale la pena recordar que “Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones”.
Un ensayo es, según el criterio de versados autores, la escritura de mayor exigencia en tanto forma y contenido. En el primer caso, tiene que reflejar un manejo literario, de composición y redacción, con tinte artístico, porque busca convencer, ganar adeptos a la posición del autor, y nadie se suma a una posición si la idea que se le presenta no es clara, amigable y diáfana. Por otro lado, el contenido, debe ser profundo, expresar el porqué se sostiene esa postura, sus bases; esto es, incluso, responder con solidez a las posibles argumentaciones en contra, y mostrar credibilidad, y ésta se logra cuando se retoman criterios de verdad, legitimidad, validez y autoridad, entre otros.
¿Qué debemos hacer?
Si queremos que el estudiante incursione en un tema, y prepare un informe de lectura con una guía de trabajo por tópicos, es suficiente. Si deseamos que opine sobre un documento, basta con pedirle un comentario al respecto. Si conocemos que el tema a leer es bastante amplio, y requerimos no sólo que el estudiante lo conozca, sino que abstraiga lo más importante, el resumen puede ser lo más indicado para que presente.
Si deseamos que el estudiante debata con el tema, y tome postura al respecto, toca pedirle un ensayo, pero para ello necesita saber hacerlos. Y si deseamos que aprenda a hacerlos, debemos empezar porque haga comentarios, dé opiniones y escriba reseñas, así sea sobre la última película vista o sobre un programa de televisión tipo revista, de entrevistas o de opinión. Posteriormente, para ensayar a hacer ensayos, podemos elegir temas polémicos, en los que no existen verdades, ni el profesor pueda asumir su postura como la correcta. En tal caso, es posible que el profesor inicie poniendo a los estudiantes a respaldar o rechazar afirmaciones, a modo de tesis ya elaboradas por él mismo,
Un buen ensayo, como todo escrito, se hace en tres fases. Por tal razón, debe pedírsele al estudiante que evidencien las tres con el fin de que el profesor constate dónde están las fortalezas y debilidades en el cumplimiento de la tarea. Esto quiere decir, identificar los mapas mentales o la organización de ideas y la construcción de las mismas, en forma de párrafos.
Es necesaria la etapa de pre-escritura, la cual incluye un momento de acopio de ideas; otro momento es el de generación de ideas, la organización de las mismas y su documentación; la siguiente fase, de escritura propiamente o de redacción –construcción de párrafos–, y la última etapa, de revisión, corrección y pulimiento para que el texto fluya claro, fácil y agradable para el lector.
Por último, si pretendemos que el estudiante haga un ensayo con base en un texto específico, debemos sugerirle que tome algunas de las ideas del autor, que puedan ser polémicas o que generen controversia, que desde allí construya su propia tesis, y que, además, pueda utilizar las palabras de éste como fuente, incluso de autoridad, si dicho autor es un experto.
A los estudiantes se les está enseñando a hacer ensayos, y se espera que en el transcurso de su larga vida académica se les refuerce y se les exija este género escritural. Sólo siendo coherentes y consecuentes en todas las asignaturas, retomando y reforzando los conocimientos previos, en escritura, en este caso, y, sobre todo, en la de tipo argumentativo, podremos formar estudiantes autónomos, con criterio propio. Así mismo, estaremos formando profesionales analíticos y críticos, que escriben y publican, que comparten su saber, y lo ponen a disposición del debate público, que exponen sus puntos de vista, y respetan los de los demás; profesionales que utilizan la razón, la fuerza de las ideas para resolver inquietudes y dirimir conflictos ideológicos, pragmáticos o científicos… Así, desde nuestra función de profesores, haremos nuestro aporte para lograr una sociedad menos violenta.
PAUTAS PARA LA ELABORACIÓN DE UN ENSAYO
Un ensayo es un escrito en prosa, en general, breve, que propone una interpretación personal sobre un tema que puede ser filosófico, científico, histórico, literario, entre otros tipos. La palabra ensayo se refiere, precisamente, a su particularidad: se trata de ensayar, pensar, probar, proponer una hipótesis. Por tanto, lo que define este texto es la actitud de prueba de interpretación del escritor o la escritora.
Es el resultado de un proceso de reflexión y exploración sobre un tema; un proceso en el que es importante la audacia y la originalidad para pensarlo de un modo propio. Es una forma libre: en él caben las dudas, los comentarios e incluso las anécdotas y experiencias de quien lo elabora. Tiene un carácter esencialmente comunicativo, ya que busca establecer un diálogo reflexivo entre el ensayista y el lector. La persona que lo escribe, busca convencer a otra sobre sus ideas con relación al tema que analiza. Por eso, el punto de vista del autor o autora –y cómo se lo defienda con buenos argumentos– es el aspecto fundamental en el mismo.
Estructura del ensayo
El ensayo no necesita de una estructura rigurosa. De todos modos, para facilitar su escritura puede ser útil organizarlo del siguiente modo:
a) Introducción: Consiste en la presentación general del tema. Debe ser corta (uno o dos párrafos) y contribuir a crear interés en el lector.
b) Desarrollo: Es el planteamiento de la hipótesis o idea central y la exposición de datos, opiniones e información para justificar la idea.
c) Conclusión: Para concluir el ensayo, se resalta la importancia de los datos que le dan validez a la hipótesis y se finaliza reiterando la idea principal.
Algunos pasos para realizar un ensayo:
• Elegir y delimitar el tema sobre el que se va a escribir.
• Investigar, buscar información sobre el tema y comparar nuestras ideas con las de otros autores y autoras. Este trabajo de investigación sobre las fuentes –los materiales que nos suministran información sobre el tema escogido–, dará lugar, al momento de escribir, a la inclusión de citas bibliográficas que demuestren que el ensayista conoce otros puntos de vista sobre ese mismo tema:
• Utilizar habilidades de razonamiento propias de cada uno/a.
• Elaborar preguntas que nos ayuden a desarrollar el tema. El ensayo deberá reflejar las respuestas a estas preguntas.
• Hacer un esquema en el cual ubiquemos las ideas y argumentos de un modo visual, de acuerdo con la estructura lógica que le daremos: las ideas principales, las ideas secundarias y las conclusiones.
El ensayo debe plantearse desde un punto de vista crítico; por lo tanto, si vas a realizar uno, es necesario tener en cuenta lo siguiente:
⎫ Evaluar las ideas incorporando juicios de valor y razones en las que se basan estos juicios.
⎫ Especificar ejemplos, evidencias, detalles que apoyen tus juicios, clarifiquen tus razonamientos.
⎫ Analizar los pros y los contras de las aseveraciones.
⎫ Elaborar una lista con los aspectos positivos y negativos, para tenerlos en claro.
⎫ Analizar el texto, dividiéndolo en partes o secciones.
⎫ Dividir el objetivo de la temática que se va a analizar según sus partes principales.
• Escribir y relacionar estas secciones con los siguientes pasos:
⎫ Explicar. Demostrar las causas o las razones. Señalar los pasos que llevan a que una causa produzca un efecto, los factores que influyen.
⎫ Describir. Dar las características principales de una cosa, los detalles y las aclaraciones que ilustren el tema de análisis.
⎫ Argumentar. Dar razones sobre la toma de una determinada posición en contra de otra. Defender tus razones ante todas las objeciones posibles.
⎫ Demostrar. Dar evidencias, fundamentos lógicos, recurriendo a principios o leyes, y ofrecer opiniones y ejemplos.
El título del ensayo debe ser breve, pero preciso y descriptivo respecto del
tema que se trata. Puede ser un título llamativo o impactante. El estilo debe ser directo y claro. Así, mismo, debe tener en cuenta la ortografía y la concordancia gramatical. Además, es necesario tener en cuenta el uso adecuado de los signos de puntuación y evitar repetir las mismas palabras y frases. Trabajar con sinónimos.
El uso de la cita en el ensayo
Es importante que, si se utilizan las ideas de otras personas, se indique a quién pertenecen. Esto es, se deben citar las obras de aquellos autores cuyas ideas, teorías e investigaciones han influido en nuestro trabajo.
Si se copia textualmente –es decir, palabra por palabra- un pasaje de texto de otro autor o autora, se debe poner entre comillas. Las comillas sirven para señalar el comienzo y el final de la cita textual. En dicho caso, es necesario insertar una llamada con un número (1, 2, 3…) al final de la cita, que se corresponda con una nota a pie de página en la que aparezca la referencia a la fuente de nuestra información. También, se puede incorporar un listado de referencias bibliográficas, al final del documento: una Bibliografía. Esta es una sección –colocada al final de un texto, en forma de lista ordenada alfabéticamente– que incluye no solo las fuentes que se leyeron para escribirlo
sino, en particular, las que se citaron en el cuerpo del texto.
Es importante saber que, cuando se elige un formato de cita, debe respetarse el mismo criterio para todo el trabajo.
BIBLIOGRAFIA:
1.- Fuente: Revista Iberoamericana de Educación.
2. Material: Pautas para hacer un ensayo. Instituto Tecnológico de Monterrey.
3.-Abréu, C. (1998). Aprendo a redactar. Santo Domingo: Editora Búho
4.-García Molina, B. (2008). Métodos de Organización y Expresión del Pensamiento. Santo domingo: Editorial Surco
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