Solidaridad: Un Valor Humano Permanente

Es mi deseo ofrecer algunas Reflexiones para ayudar a nuestros educadores y educadoras dominicanos a concientizar a sus alumnos y alumnas, para que – una vez superadas las urgencias – se les haga conscientes de que este impulso conmovedor no se debe apagar, y  comprendan que la Solidaridad no es un hecho coyuntural sino que es un VALOR asociado con la madurez humana y moral, y que es una tarea de todos los días que hay que realizar con los que a nuestro alrededor esperan ese gesto de nosotros.

Para los creyentes cristianos – la mayoría de nuestro pueblo – la formación de una CONCIENCIA SOLIDARIA como Valor permanente de la persona debe fundamentarse en el gesto solidario de Dios al enviarnos a su Hijo Jesucristo, para mostrarnos su amor por nosotros, salvarnos, y proponernos un modelo de vida humana y humanizadora, que implica necesariamente ser conscientes y solidarios con las necesidades de nuestros hermanos que sufren.

En el libro del Génesis ya resuena el primer quejido de Dios a Caín: “¿Dónde está tu hermano?”, que es lo mismo que decirnos hoy: ¿Sabes por qué sufre tu hermano?
¿qué vas a hacer por él?  Jesús se hizo eco de este mensaje y declaró:”Todos Uds. son hermanos”.

En el  Documento Pontificio del Papa Benedicto XVI (29 de junio de 2009) nos dice:

“Es preciso un nuevo impulso del pensamiento para comprender mejor lo que
implica ser una familia humana, para que la integración de los pueblos del
Planeta se desarrolle bajo el signo de la SOLIDARIDAD”. (No. 53)

Aplíquese esta tarea a cada educador y a cada educando, y se estará concientizando a la nueva generación para que integre en su jerarquía de valores el de una permanente y activa solidaridad.

Esto se fundamenta – dice el mismo documento – “ en que la criatura humana se realiza en las relaciones interpersonales. El hombre se valoriza, no aislándose, sino
poniéndose en relación con los otros y con Dios”. (id)

Lo triste sería que, los solidarios de hoy, limiten luego su conciencia solidaria – en el proceso de su maduración humana y espiritual , quizás por falta de orientación – a las relaciones entre sus “prójimos más próximos” y se olviden de los sufrimientos del resto de la humanidad. Fijémonos en la reacción de rechazo, agresividad y disgusto con que
respondemos cuando un “niño de la calle” nos quiere limpiar el parabrisas de cristal de nuestro carro…?Nos hemos preguntado por qué lo rechazamos? ¿Tenemos miedo de enfrentarnos a la dolorosa realidad de miles y miles de conciudadanos nuestros, hijos de la misma tierra como tú y yo, amados de Dios?

El mismo Papa añade esta solemne afirmación:

“El tema del desarrollo coincide con el de la inclusión de todas las personas y de
todos los pueblos en la única comunidad de la familia humana, QUE SE
CONSTRUYE EN LA SOLIDARIDAD,  sobre la base de los valores funda-
mentales de la justicia y la paz”. (No.54)

Cómo aprender a ser solidarios

Tomo prestadas aquí, las ideas generales que la autora Teresa Valentí menciona en su libro “Saboreando la Palabra”, para describir un posible proceso metodológico personal y colectivo que sean pasos concretos hacia la integración del Valor “Solidaridad” en la conciencia y la praxis cotidiana:

1. Salir de sí: Vivimos vueltos hacia nosotros mismos; lo “mío” invade nuestra conciencia y nuestros hábitos de vida, al punto de llegarnos a cuestionar como el fariseo del Evangelio: “¿Y quién es mi prójimo?” Salir de sí mismo implica, pues, hacerse disponible para los otros, dar del propio tiempo, de nuestros bienes culturales y hasta materiales para el bien de otros.

2. Comprender al otro: Dar no basta.  Hay que hacer un esfuerzo para “entrar en  comunión con el otro”, intentando ponerse en su lugar, y así crear una “empatía”
(conexión mental y afectiva) con los problemas del otro.

3. Tomar al otro sobre sí: Esa comprensión afectiva hará posible que surja la decisión de ayudarlo a resolver sus problemas, y acompañarlo en el proceso.

4. Darse al otro: Una persona así concientizada, entregará, no solamente cosas, sino algo mucho más importante: su amor, su convicción de que “ayudo a mi hermano”.
En este punto es precisamente en que se diferencian los que se limitan a decir: “me da pena tal caso”, de los que deciden dar lo mejor de sí para resolver el problema del otro.

5. Ser fiel al otro: Al introducir esa persona en la propia conciencia como “alguien” importante, se hará permanente ese encuentro y le confirmará en su decisión de repetir gestos de solidaridad cuantas veces sea necesario.

Con esta experiencia que ha llegado hasta las raíces intelectuales, afectivas y morales de una persona solidaria, ésta queda enriquecida con esa capacidad de Solidaridad que le permitirá asumir actitudes de entrega y desprendimiento y le dará una mayor madurez personal, porque todo encuentro en el amor hace crecer a los dos que se encuentran y se enriquecen mutuamente.

Emmanuel Mounier afirma en su obra: “El personalismo”, que “las otras personas no limitan a nadie, sino que la hacen ser y desarrollarse”.

Y Rabindranath Tagore, filósofo hindú y Premio Nobel de Literatura, decía : “No, mi corazón no es ya mío para mí solo; mi corazón es de todos y para siempre”.

Esa solidaridad, enraizada en el corazón, permitirá a esa persona que la posee estar siempre disponible para vivir experiencias similares de una manera auténtica y en forma discreta y gratuita. No necesitará entonces ni de fotos, ni de artículos laudatorios en los periódicos, ni condecoraciones…

“Sueño que llegará el día en que los hombres se elevarán por encima de ellos mismos y comprenderán que están hechos para vivir juntos, en hermandad. Sueño…”  ( Martin Luther King, en la Marcha a Washington, el 28 de agosto de 1963)

Algunas áreas “sensibles” para una solidaridad sistemática.

Con la expresión “solidaridad sistemática” me refiero a  los sectores organizados para una finalidad determinada en el área de la solidaridad, a las que  personas o grupos interesados se pueden integrar como colaboradores.

• Promoción de la Vida: “La apertura a la vida, en cualquiera de sus manifestaciones está en el corazón de la conciencia de solidaridad y del desarrollo humano”. (Benedicto XVI)
• Derechos Humanos: La defensa de esos derechos fundamentales, dondequiera que se violen, debe ser un mensaje a la “conciencia de la humanidad”.
• Derecho a la Libertad religiosa: Poder vivirla sin temor a represalias, sin competitividad, sin manipulación de las conciencias.
• Derecho a “la globalización de lo humano, en términos de relacionalidad, comunión y participación”. (Benedicto XVI)
• Derecho a denunciar los sistemas económicos que privilegian a unos pocos en detrimento de la mayoría, como el actual sistema de mercado, donde “lo único  que se globaliza es la pobreza”. (Dr. Federico Zaragoza, ex-presidente de la UNESCO)
• Derecho al acceso a los bienes culturales y tecnológicos.
• Derecho a construir la paz, aportando soluciones posibles.

Temas de profundización para educadores y educandos

1. ¿Cómo te percibes, desde el punto de vista de la solidaridad, luego de la lectura de estas Reflexiones educativas?
2. ¿A qué nivel de “conciencia solidaria” te encuentras?: ¿ Nulo, poco, mucho?
3. ¿Conoces carencias de personas o grupos de tu entorno social? ¿ Cómo has reaccionado ante esta dolorosa situación? ¿Te has cuestionado sobre la calidad de tu respuesta humana?
4. ¿Has practicado hasta ahora una solidaridad provisional, por “simple    cumplimiento” o a la medida de hechos aislados? , o percibes, luego de leer estas Reflexiones, que debes ampliar tu visión para tener una “solidaridad a la       medida de la humanidad” y de manera permanente?
5. ¿ Te atreverías a integrarte a alguna Organización o grupo que tiene como finalidad, de manera sistemática, asumir situaciones que requieren una claraconciencia de solidaridad humana?
6. Como forma práctica de comenzar, “mira a tu alrededor” y atrévete a hacer actos sencillos de solidaridad que estén a tu alcance, sin que nadie lo sepa,pero que van a ir educándote para comenzar a ampliar tu experiencia de “solidaridad a la medida de la humanidad”.

 

 

Bibliografía consultada:

“Caritas in Veritate” (La caridad en la verdad)
Documento Pontificio del Papa Benedicto XVI, 29 de junio de 2009.

“Una mejor educación para una mejor sociedad”.
Fe y Alegría, 2008.

“Saboreando la Palabra”
Teresa Valentí Batlle, m.c.j., 2003