En los últimos años, las tasas de divorcio en el mundo han incrementado drásticamente. Según las investigaciones de La Organización de Naciones Unidas (ONU), en países desarrollados como Estados Unidos existen 24 divorcios por cada 100 hombres. España viene siendo uno de los países del mundo con la tasa de rupturas matrimoniales más alta: 61% (Business Insider, 2014). En República Dominicana, se produjeron un promedio de más de 17 mil separaciones anuales en los últimos siete años.
El divorcio es un suceso que no solo les afecta a los hijos, pero a toda la familia. Cuando esto ocurre lo más importante es no olvidarse de los hijos. Queremos recordar que no sólo es difícil para ustedes; sino que también lo afecta a ellos.
No existe una manera fácil de darles a sus hijos la noticia de que habrá un divorcio, pero sí es posible tener a ambos padres presentes para llevar a cabo esa conversación, mejor. Deben preparar anteriormente lo que se le va a decir tomando en cuenta la edad y madurez de su hijo/hija.
En esta conversación deben recalcar que lo sucedido no es culpa del niño, ya que en ocasiones se sentirán culpables de que papá y mamá ya no estarán juntos. También deben decirles que a veces los adultos no se ponen de acuerdo con algunas cosas y por ende tienen que vivir separados. Aunque vivan en dos lugares distintos, enfatizar que los padres y los hijos no dejan de quererse. Los divorcios son entre papá y mamá, no entre los padres y los hijos.
Conversen con sus hijos para saber que piensan. Muchas veces creen que fueron la causa del divorcio y sueñan o fantasean con que van a volver. Por lo tanto, es importante ayudar a los niños entender que nunca fue su culpa. Se les debe explicar que son los adultos que tienen el problema y están buscando solucionarlo de la mejor forma posible.
Con los más pequeños es posible que piensen que porque mamá o papá se mudó se ha divorciado de ellos también y surgen sentimientos de duelo por la falta de uno de los padres en el hogar. Se quedan pensando en quien los llevará al colegio, o quien le hará el desayuno, o quien jugará con ellos. Es importante explicarles y aclarar sus dudas programando visitas, haciéndoles un calendario de las veces que verán a papá/mamá y organizar actividades para que los cambios que ocurran tengan una transición fluida.
A veces, el divorcio no es mutuo. Uno de los padres se queda con la esperanza de que los padres vayan a regresar y también les transmite esta idea a sus hijos dándoles una falsa esperanza. No utilicen a sus hijos como mensajeros. Cuando hacen esto agravan más el conflicto.
Un divorcio se vuelve destructivo cuando usan a los hijos como rehenes para negociar una batalla constante. Muchas veces quieren convertir a sus hijos en un aliado y a la vez verán al otro padre como un enemigo. Se le hará aún más difícil para sus hijos sentirse cómodo con el otro padre. Esto causará que la relación entre ellos se vea afectada, ya que sus hijos sentirán que lo está traicionando y ahí surgirán los sentimientos de culpabilidad y ansiedad.
Un divorcio no es fácil. Siempre tenga en cuenta que no tiene que estar solo en esto. Está bien pedir ayuda o buscar apoyo entre amigos. El apoyo social es esencial para poder sobrepasar los tiempos difíciles; busque refugio en amigos, familiares, grupos de apoyo, terapias. Haga todo lo que tengas que hacer para no sentirte solo en esta situación. Es esencial enfocarse en su bienestar para poder seguir adelante y poder ayudar a sus hijos también.
En los últimos años, las tasas de divorcio en el mundo han incrementado drásticamente. Según las investigaciones de La Organización de Naciones Unidas (ONU), en países desarrollados como Estados Unidos existen 24 divorcios por cada 100 hombres. España viene siendo uno de los países del mundo con la tasa de rupturas matrimoniales más alta: 61% (Business Insider, 2014). En República Dominicana, se produjeron un promedio de más de 17 mil separaciones anuales en los últimos siete años.
El divorcio es un suceso que no solo les afecta a los hijos, pero a toda la familia. Cuando esto ocurre lo más importante es no olvidarse de los hijos. Queremos recordar que no sólo es difícil para ustedes; sino que también lo afecta a ellos.
No existe una manera fácil de darles a sus hijos la noticia de que habrá un divorcio, pero sí es posible tener a ambos padres presentes para llevar a cabo esa conversación, mejor. Deben preparar anteriormente lo que se le va a decir tomando en cuenta la edad y madurez de su hijo/hija.
En esta conversación deben recalcar que lo sucedido no es culpa del niño, ya que en ocasiones se sentirán culpables de que papá y mamá ya no estarán juntos. También deben decirles que a veces los adultos no se ponen de acuerdo con algunas cosas y por ende tienen que vivir separados. Aunque vivan en dos lugares distintos, enfatizar que los padres y los hijos no dejan de quererse. Los divorcios son entre papá y mamá, no entre los padres y los hijos.
Conversen con sus hijos para saber que piensan. Muchas veces creen que fueron la causa del divorcio y sueñan o fantasean con que van a volver. Por lo tanto, es importante ayudar a los niños entender que nunca fue su culpa. Se les debe explicar que son los adultos que tienen el problema y están buscando solucionarlo de la mejor forma posible.
Con los más pequeños es posible que piensen que porque mamá o papá se mudó se ha divorciado de ellos también y surgen sentimientos de duelo por la falta de uno de los padres en el hogar. Se quedan pensando en quien los llevará al colegio, o quien le hará el desayuno, o quien jugará con ellos. Es importante explicarles y aclarar sus dudas programando visitas, haciéndoles un calendario de las veces que verán a papá/mamá y organizar actividades para que los cambios que ocurran tengan una transición fluida.
A veces, el divorcio no es mutuo. Uno de los padres se queda con la esperanza de que los padres vayan a regresar y también les transmite esta idea a sus hijos dándoles una falsa esperanza. No utilicen a sus hijos como mensajeros. Cuando hacen esto agravan más el conflicto.
Un divorcio se vuelve destructivo cuando usan a los hijos como rehenes para negociar una batalla constante. Muchas veces quieren convertir a sus hijos en un aliado y a la vez verán al otro padre como un enemigo. Se le hará aún más difícil para sus hijos sentirse cómodo con el otro padre. Esto causará que la relación entre ellos se vea afectada, ya que sus hijos sentirán que lo está traicionando y ahí surgirán los sentimientos de culpabilidad y ansiedad.
Un divorcio no es fácil. Siempre tenga en cuenta que no tiene que estar solo en esto. Está bien pedir ayuda o buscar apoyo entre amigos. El apoyo social es esencial para poder sobrepasar los tiempos difíciles; busque refugio en amigos, familiares, grupos de apoyo, terapias. Haga todo lo que tengas que hacer para no sentirte solo en esta situación. Es esencial enfocarse en su bienestar para poder seguir adelante y poder ayudar a sus hijos también.
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