Todo el que se ha movido en el ámbito educativo en nuestro país lo conoce o tiene alguna referencia de su persona. Quienes no han tenido ese privilegio carecen de una parte, pequeña pero también inmensa, en su formación profesional. Es alguien que representa una montaña de la auténtica sabiduría: el Hermano Alfredo Morales fsc (fraternum scholarum christianum).
Pensándolo bien, cada vez que escucho la palabra sabiduría me viene la imagen de este caballero de caballeros. Todo lo que sale de su boca es digno de imprimirse al instante, en cantidades industriales. Así como me ha marcado de manera trascendental como persona y como educador, lo ha hecho igual con mil casos más. A veces me da la impresión de que el tiene algún “cable” especial que conecta, en tiempo real, su cerebro con su corazón y sus 50 años de experiencia. Todo esto junto ejemplifica una especie de fórmula “química-física” para la sabiduría ambulante que gotea sin cesar.
En días pasados luego de compartir el almuerzo que celebraba el primer año de Faromundi, casi nos despedíamos y vino a soltar una de las suyas:
“Que tu mirada no se apague,
que tu sonrisa no se cierre,
que tu esperanza no se muera”
Luego de escuchar aquello tan sencillamente complejo, pasé a la correspondiente crisis existencial. Aquello de decir “qué lindo” y dejarlo ahí no es mi hábito. Sin averiguar mucho llevo al interior lo que escuché, entonces comienzan a moverse muchas células nada-orgánicas en mi interior. Se mueve la energía interior a sabiendas de que una figura paterna se ha pronunciado para generar más crecimiento, es decir, más pasos a dar para caminar hacia la madurez, aquella señora que nos espera silenciosamente observando todas nuestras metidas de pata necesarias para aprender y salir más fuertes.
Es un maestro de generaciones que ha sido fuente de inspiración de una masa de almas que se compara, en dimensión, a un censo en China. Sus aportes, en calidad, dimensionan y entretejen un mundo educativo de una estética que emana directamente de su Fundador, San Juan Bautista De La Salle, Patrono Universal de Educadores. Dicha estética tiene esencia lasallista y matices de otros gigantes como San Agustín y Da Vinci, es decir, humanismo y multidisciplinariedad dinámica.
Todo educador que se sienta agotado en esta misión, recuerde este caballero. Estudioso y comprometido, pero sobre todo, muestra palpable de que se puede encarnar un modelo de vida culta, esperanzadora y fecunda. Se puede ser sabiduría ambulante y someter eso a la práctica impecable por más de cincuenta años.
Gracias Hermano Alfredo, por ser un camino a seguir.
No vale que escriba más que su nombre…. y eso lo dice todo: Hermano Alfredo Morales.
Ramile
Nov 21, 2010
8:34 am
Concuerdo plenamente contigo. He tenido la dicha de compartir con el Hno. Alfredo y no deja de sorprenderme tanta inteligencia y lucidez junto a un pragmatismo y sencillez inigualables.
En Simón Bolívar le queremos mucho, Hno. Alfredo.
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