Nos pusiste, Señor,en esta tierra
como luz, como hoguera abrazadora,
a nosotros, que apenas mantenemos
la fe de nuestras lámparas.
Nos dejaste, Señor, como testigos,
como anuncio brillante entre la gente,
a nosotros, un pueblo vacilante,
tus amigos de lengua temblorosa.
No se oirán si nosotros callamos,
si tus hijos se apartan de tus labios.
No verán el fulgor de tu presencia
si tus fieles te ocultan con sus sombras.
Fortalece, Señor, nuestra flaqueza,
que tus siervos anuncien tu Palabra,
que resuene tu voz en nuestra boca;
que tu luz resplandezca en nuestras vidas.
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