Señor, tú que eres nuestra fortaleza y paciencia, nuestra luz y consejo. Tú sometes a nuestra autoridad el corazón de los niños y jóvenes confiados a nuestra solicitud. No nos dejes abandonados a nuestras fuerzas ni un solo instante. Danos, para nuestra conducta y la de nuestros discípulos, el espíritu de sabiduría y de entendimiento, de consejo y de fortaleza, de ciencia, de piedad y de tu santo temor. Danos celo ardiente para procurar tu gloria.
Amén
MARIA ESTHER CASTELLANOS
May 14, 2011
19:30 pm
Sencilla, corta, y muy profunda esta oracíón que encierra la plegaria por la labor que día a día desarrollamos. Gracias.
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