Pedagogía Sistémica y Aprendizaje Sistémico

La fuerza para que los alumnos se motiven a realizar sus trabajos escolares viene de los padres, de su historia familiar, de la pasión que el maestro ponga en la enseñanza, y de las estrategias novedosas de enseñanza-aprendizaje que despierte la curiosidad del alumno.

Cuando existe un problema de aprendizaje lo primero que hacemos es preguntarnos sobre la vida familiar del estudiante, su relación con sus compañeros de clases y su relación con los maestros, antes de pensar en una disfunción cerebral.

En el colegio podemos hacer algo diferente para que los estudiantes puedan comenzar sus actividades escolares disfrutando el aprendizaje, con el apoyo de la fuerza que viene de los padres. Despertar en la casa el interés por el aprendizaje, enfocando la importancia en el disfrute de crecer cuando aprendemos, en vez de la nota ayudar a despertar la motivación intrínseca.

Los expertos sugieren que para que exista la motivación intrínseca hay que cuidar tanto los aspectos afectivos como los cognitivos, para que el alumno tenga deseos de aprender. Por esto se sugiere acompañarlos personalmente a la institución educativa, cada vez que puedan. Realizar desayunos especiales para compartir con ellos antes de irse a su día escolar, como una manera de decirles que se inicia el día con un evento especial, el compartir en familia y hay que celebrarlo.

Carola Castillo, comenta al respecto lo siguiente: “Mientras estén compartiendo y degustando el desayuno ayuden a sus hijos con frases positivas que motiven su vida y su aprendizaje, como por ejemplo:  Te queremos desear toda la suerte del mundo. Estamos felices de tenerte para que tú hagas algo con el regalo de poder estudiar y ser exitoso. Tienes nuestra bendición y apoyo para que puedas hacerlo bien y como lo sueñas.”

Mientras estén desayunando y compartiendo realiza la siguiente meditación: -Vamos a sentir la presencia de nuestros propios padres, abuelos y hermanos en la mesa. Les decimos con voz interna todos tienen un lugar.

A continuación daremos lugar a los hermanitos de nuestros hijos; los que tienen o tuvieron y ya no están.

Vamos a sentir la presencia y daremos gracias a las personas de nuestras familias que no pudieron estudiar. Personas discapacitadas o con retardo mental. Luego vamos a sentir la presencia de todos en la celebración y expresaremos con respeto y en voz alta: les pido a todos que bendigan a nuestros hijos para que les vaya bien y puedan alcanzar sus sueños en sus logros como buenos estudiantes.

En el momento de dejar a tus hijos en la institución educativa no voltees la mirada apresuradamente, obsérvalo caminar hasta que lo pierdas de vista.

Agradece a la institución que los acoge, en especial a sus docentes y a todas las personas que laboran en ella. Agradece la estructura física del plantel. Dales también un reconocimiento a sus amigos, en especial a aquellos con los que día a día se les hace difícil lidiar. Es desde este momento que nuestros hijos comienzan a formarse dentro de su propio destino.

Si sientes que este ejercicio es difícil para ti, pues no has podido reconocer a toda tu familia, en especial a la pareja (padre o madre) que hizo posible que tu hijo esté aquí, al niño no le quedará otra salida que ocuparse de tu situación emocional, para ayudarte y nunca podrá realizar su proyecto personal en el colegio.

Los niños no ayudan a los padres, son pequeños. Los niños pueden salir mejor en sus actividades escolares si cuentan con la seguridad de que nosotros, como padres, solucionaremos sus situaciones, especialmente sus inquietudes emocionales, para que puedan tener la libertad de no repetir lo mismo, lo de siempre, lo eterno, lo que a nadie ayuda.

Las ideas que comparte Carola con nosotros nos ayudan , a darle la importancia que tiene el compartir juntos en familia, en un ambiente positivo, lleno de agradecimiento porque solo un corazón agradecido está abierto a la vida.