Educar en la Prudencia

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La prudencia es el valor que nos ayuda o reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia. Es la capacidad de anticiparse al futuro, elegir el mejor camino y emprenderlo, haciendo a un lado aquellos que implican un mal o un daño. Así la experiencia es, un factor importante para actuar y tomar mejores decisiones permitiéndonos adelantarnos a las circunstancias y prever el éxito o fracaso de cualquier acción o proyecto. La prudencia dirige, orienta y regula las otras virtudes.

Lo contrario de la prudencia es la imprudencia, la inconstancia, la imprevisión. Es posible fallar en la la prudencia, por precipitación, que consiste en decidir que una cosa es buena sin contar con la información necesaria; por vacilación, que es la falta de rapidez en decidirse en lo que parece obligatorio o en lo que es obvio; y por negligencia, que consiste en no decidirse a realizar lo que uno está obligado a hacer.

Se relaciona con la prudencia el principio moral de que “el fin no justifica los medios”. Santo Tomás de Aquino resalta que la prudencia no se trata del fin sino de los medios, resaltando que uno no puede lograr un fin bueno con medios malos. Por eso la astucia, es también lo contrario de la prudencia, que es utilizar medios simulados o aparentes –es decir, no verdaderos- para conseguir un fin bueno o malo. El astuto es quien, para alcanzar el fin que pretende, utiliza la doblez, la simulación, el disimulo, la apariencia, la intriga. La astucia no es buena por el hecho de que el fin que se pretende sea bueno. El verdadero sentido de la prudencia es que no sólo el fin, sino también los medios que a él se dirijan, sean conformes a la verdad.

Enseñar a los niños la prudencia los ayudará a ser cuidadosos en sus decisiones, a evitar tener riesgos innecesarios y decir o hacer cosas que puedan perjudicarlos a ellos o a los demás.




Ideas para enseñar la prudencia a los niños:

• Ayudarlos al tomar decisiones, discutiendo los pros y contras de las situaciones que se presenten.
• Enseñarlos a estar abiertos a los consejos de los demás, especialmente los mayores: padres, maestros, familiares. Hacerlos conscientes de que deben seguir sólo consejos de personas que tengan el conocimiento y experiencia necesarios.
• Animarlos a siempre pensar antes de actuar, a no dejarse llevar por las emociones.  Explicarles las consecuencias de actuar sin pensar.
• Cuestionarles acerca de cómo reaccionarían en diferentes escenarios.
• Enseñarlos a priorizar actividades teniendo un horario.
• Analizar que es importante y qué no, qué es necesario y qué es un lujo.
• Evitar hacer comentarios de otras personas cuando no estén presentes.
• Elegir hacer comentarios que no ofendan los sentimientos de los demás.
• A pensar antes de actuar!
• Enseñarlos a ponerse en el lugar y situación del otro.