Cómo Mejorar la Relación con Su Hijo(a) Adolescente
Educar a los hijos es una labor titánica, y no existe una receta fija para tener éxito, en este sentido, sí existen estrategias educativas que nos permiten tener una mejor relación con nuestro hijo(a).
El adolescente está en constante cambio, y aún el más tranquilo a veces se comporta de manera desafiante y pone a prueba los límites que se han marcado.
¿Qué podemos hacer?
- Tomar conciencia de las diferencias generales. Comience a observar su propia actitud, estados de ánimo, reacciones y modelos de conducta. Luego de la pelea, reflexione sobre la actitud adoptada; ¿Actuaba movido por la rabia?, ¿Estaba muy cansado para mantener la calma? Es importante que comprenda lo ocurrido para actuar de manera reflexiva, no reactiva, de modo que mantenga el control de sus sentimiento. Es necesario reconocer las actitudes que le resultan útiles para resolver los problemas y las actitudes negativas que complican la situación.
- Desarrollar la capacidad de comunicarse de forma clara. Comunicarse de manera empática sin acusaciones y siempre en primera persona. Por ejemplo, ‘‘me sentí mal cuando hiciste tal cosa’’, en lugar de, ‘‘tú eres un mentiroso’’. Es importante escuchar los sentimientos del joven y comprenderlo. Recuerde cuando era adolescente, sus sentimientos y cambios en esa época; así podrá entenderlo mejor.
- Establecer reglas claras y conversarlas con su hijo. Aprenda maneras de negociar con él, en base a lo que se espera de él y a lo que él espera de sí mismo. Luego de establecidas las reglas sea firme en el cumplimento de las mismas. Ser firme significa imponer una disciplina a su hijo adolescente solo cando usted puede verificar su obediencia. Si Usted le dice deja el teléfono a tal hora, debe dejarlo. El mayor desafío es aprender a establecer límites sin demostrar que está enojado.
- Transforme una situación negativa en positiva. Busque cambios positivos en la situación negativa. Ejemplo, si le pide que limpie la habitación y lo hace pero no muy bien, felicítelo por su iniciativa y dígale, me gusta que hayas limpiado tu habitación. Si no te importa, limpia un poco más esa parte.
- Aprenda a utilizar los incentivos y las consecuencias. Una vez determinadas las consecuencias, debe aprender a comunicarle de manera concreta cuál es la conducta que espera de él. Es muy importante tener paciencia y tenacidad para observar la conducta y si no hay cambios en un tiempo prudente, utilizar otro método. Y, sobre todo, demuestre que está interesado en sus problemas y que lo ama, pues el secreto del éxito de educar es disciplina con amor.
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Ene/10
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