Salmo de la Comunidad Educativa

Te damos  gracias, Señor,
porque nos has llamado
para vivir nuestra vocación de educadores,
dedicados a alimentar la fe y la esperanza
de nuestros educandos y educandas.

Oración del Educador

Señor, tú que eres nuestra fortaleza y paciencia, nuestra luz y consejo. Tú sometes a nuestra autoridad el corazón de los niños y jóvenes confiados a nuestra solicitud. No nos dejes abandonados a nuestras fuerzas ni un solo instante. Danos, para nuestra conducta y la de nuestros discípulos, el espíritu de sabiduría y de entendimiento, de consejo y de fortaleza, de ciencia, de piedad y de tu santo temor. Danos celo ardiente para procurar tu gloria.

Amén

Bienaventuranzas del Educador

1. Dichoso el educador
   que entiende su trabajo como una vocación.
2. Feliz el educador
   que, además de promover cultura,
   llena de valores las mentes y los corazones de sus alumnos.

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No educas cuando…

No educas cuando impones tus convicciones,
sino cuando suscitas convicciones personales.

No educas cuando impones conductas,
sino cuando propones valores que motivan.

No educas cuando impones caminos,
sino cuando enseñas a caminar.